La obra de Eloy Alfaro trasciende cien años después de la
muerte de su gestor.
"La Revolución Liberal Radical transformó de manera
profunda las condiciones políticas, sociales y culturales del Ecuador",
señala la cartilla "Memorias de la Revolución Alfarista", editada por
el Centro Cívico Ciudad Alfaro.
El historiador Enrique Ayala Mora establece la diferencia
entre liberales y radicales. Los primeros proponían la libertad de conciencia,
la separación de la iglesia y el Estado, mayor flexibilidad en la economía,
entre otros.
Los radicales, en cambio, fueron sectores liberales que
planteaban un componente agrario al cambio social, sus posturas eran menos
complacientes en la relación iglesia-Estado, y tenían una agenda social.
Tal vez la mayor obra alfarista fue la construcción del
ferrocarril para fortalecer la unidad nacional. Buena parte de ese tren
desapareció con la construcción de carreteras, pero el medio de transporte aún
cubre algunas rutas en el país.
La ampliación de la red del telégrafo supuso un adelanto
en las telecomunicaciones. Actualmente este sistema ha sido desplazado por el
teléfono y el internet.
Alfaro planteó una política de protección de la
producción nacional y artesanal, respaldó a los artesanos y dictó leyes
favorables a los indígenas.
Con la separación de la Iglesia Católica del Estado se
quitó el poder que el clero ejercía en las decisiones nacionales. Esto llevó a
la expansión del sistema educativo con la creación de planteles laicos. También
se creó el Registro Civil, se incorporó a la mujer a las instituciones
públicas, se crearon los normales para la formación de maestros.
Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea
Constituyente, aseguró que Alfaro fue un liberal pero nunca habría sido un
neoliberal. "Tenía muy claro que había que abrirse al mercado mundial pero
estableció políticas de protección a la industria nacional", dijo.
También, destacó, se jugó por la integración regional.
Peleó en Centroamérica, Colombia, Venezuela y otros países; incluso intercedió
para la liberación de Cuba.
Rodrigo Borja, expresidente de la República, destacó que
“Alfaro fue extraordinario, creó la educación pública obligatoria laica, separó
a la iglesia del Estado, estableció el matrimonio civil y el divorcio,
nacionalizó las tierras de la iglesia, estableció jornadas de trabajo, creo
indemnizaciones por accidente laborales, y
muchas cosas más”.
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